domingo, 8 de diciembre de 2013

Así iba a ser el coche del futuro

Con el especial Así iba a ser el coche del futuro hemos hablado de seis coches cuyos ingenieros y diseñadores creían que así serían los coches en un futuro no muy lejano, algunos allá por el año 2000. Todos fueros prototipos, o concept cars, que no llegaron a venderse.




En 1957 los soviéticos ponen en órbita el primer satélite artificial, el Sputnik 1. En 1961 Yuri Gagarin, soviético, es el primer ser humano en salir al Espacio. Los norteamericanos no quieren quedarse atrás. Tienen recursos y capacidad, y finalmente en 1969 el Apolo XI se posa sobre La Luna.

Acostumbrados a tener en la palma de nuestra mano pequeños artilugios electrónicos con cuatro y hasta ocho núcleos de procesamiento, o pronto más, con 2 millones de kilobytes de memoria RAM (2 GB), o más, y varios miles de megahercios de velocidad de proceso, hoy en día nos parece curioso, incluso enormemente sorprendente, que el computador con el que el hombre llegó a La Luna, el AGCdel Módulo Lunar del Apolo XI, tenía un procesador de 1 megahercio y 4 kilobytes de memoria RAM.

Y ese contexto tecnológico es en el que nos movemos. En él se enmarcan los seis coches de los que os hemos hablado, cinco de los cuales son americanos. EE.UU. era por aquel entonces “el país del automóvil”, con cochazos gigantes, con motores enormes, equipados hasta las cejas, a años luz de los modestos utilitarios que nos podíamos permitir los europeos.


Magic Highway, USA, by Disney

Como pistoletazo de salida os recomiendo que no os perdáis la visión de Walt Disney de 1958 sobre la movilidad del futuro, nuestro primer artículo del especial. Es un magnifico vídeo de animación sobre cómo profetizaban que serían los coches y las autopistas en el futuro. Algunos tal vez hayáis visto el vídeo alguna vez, si no, os aseguro que no tiene desperdicio y es toda una revelación.
El primer coche del que os hablamos fue el GMC Firebird II, de 1956. ¿Os acordáis de eso que os he contado de los aviones a reacción? Pues los diseñadores de automoción pensaban que los coches deberían parecerse también a un avión de reacción, por diseño, forma y aerodinámica, pero también incluso incorporando un motor de turbina. Ojo al dato que este modelo encierra sorpresa: ¿a que ahora no paramos de hablar de conducción autónoma? Pues no es algo que haya nacido ayer.

El tercer coche en llegar al especial era toda una declaración de intenciones, de nuevo inseparable de la época que le tocó vivir, aunque una locura viéndolo a día de hoy. El Ford Nucleon, de 1958, era uncoche atómico. Así tal cual suena: un coche que se movía gracias a un mini-reactor nuclear de fisión a bordo (o esa era la idea en teoría). Y no era el único proyecto, había más coches y también barcos, submarinos, trenes y hasta aviones. Yo solo diré tres cosas al respecto, y conste que las digo sin ánimo de crear polémica: Three Mile Island (1979), Chernóbil (1986), Fukushima (2011).
El coche que os trajimos en cuarto lugar tiene un diseño de lo más singular, particular, atrevido y extravagante. El Chrysler TurboFlite, de 1961, era un coche con motor-turbina, alerón inmenso, cabina acristalada abatible y faros direccionales, entre otras cosas.


Y el sexto y último coche, pero no por ello menos importante, es el Lancia Stratos Zero de 1970, que cierra este período tan mágico de lo atómico y lo espacial. Era un coche deportivo, muy aerodinámico, muy bajo, y con parabrisas de acceso, diseñado por Bertone. Todavía hoy, más de 40 años después, es de los más sugerente.


¿Cómo será el coche del futuro?

Visto lo visto, lo que está claro es que a menos que uno tenga una bola de cristal con la que adivinar el futuro, es tarea harto difícil pronosticar que pasará dentro de 50 años, más aún con riesgo a dejar volar la imaginación demasiado y soñar por soñar.
Y sin embargo sí que hay varias cosas en las que no iban tan desencaminados los ejemplos que os hemos traído, como la conducción automatizada, las autopistas como eje vertebrador del uso del automóvil, las pantallas en los coches, la aerodinámica, los sistemas de navegación con mapas…
Sí que está muy claro que voy a ver coches autónomos. Y no digo un prototipo raro en vídeo, digo un coche de verdad que tú y yo nos podamos pagar y comprar. Los prototipos ya están muy avanzados, y las pruebas reales con coches de producción con conductores voluntarios comenzarán en 2017, como quien dice dentro de nada.
Y desde luego veremos más pantallas a color, pantallas táctiles con respuesta háptica, sistemas de control por voz donde podamos hablar de manera natural con nuestro coche para decirle que nos diga cómo ir a tal sitio, o que encienda la calefacción, conectividad, comunicación y redes, y veremos cada vez más coches eléctricos, con sus variantes, pero eléctricos, porque los combustibles fósiles no solo se acaban, sino que pueden acabar con el planeta.


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